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Sobre a apreensão de Santo Daime
Notícias de Madri
Juan Carlos relata o desfecho do processo e as repercussões da vitória na irmandade espanhola. Seguimos na batalha, dando VIVAS à Liberdade do Santo Daime.

veja também:

Mensagem de uma vitória

Auto de arquivamento do processo

Comentários de

Juan Carlos,
de Madrid

Como os podeis imaginar, el resultado de este proceso nos ha llenado de gran alegría a todo el persoal de Madrid. Ahora, relembrando todo lo acontecido, parece increible como ha cambiado la situación en seis meses. De ser un pueblo lleno de miedo, de paranoia, confusión y duda, hemos encontrado por fin un poco de luz en esta parte del camino. Atrás quedaron esos meses de incertidumbre, de dolor y de indignación durante todos los malos momentos que pasamos.

La primera fase se cerró con la puesta en libertad de Chico y Fernando. Tras el operativo policial y la liberación de los detenidos españoles, el grupo comenzó una auténtica carrera contra reloj para reunir todo tipo de documentos de apoyo, científicos, legales, etcétera con el que confeccionamos el primer dossier que sirvió para que sacaran de la cárcel a nuestros dos hermanos brasileños. Fueron los días más vibrantes de todos, los más emotivos y, también, los más duros. Solamente la inmensa corriente de solidaridad desencadenada por este caso consiguió hacernos ver la importancia se ser rápidos, eficientes y seguros para dar cuenta de todo esto. GRACIAS A TODOS. Personalmente, cuando ví todo esto, lo primero que pensé es que estaba ante el reto de hacer el mejor reportaje de mi vida: de él dependía mi defensa y la de mis compañeros.

Cada día, al levantarnos y acostarnos, enfocábamos nuestros esfuerzos a tratar de recuperar la normalidad arrebatada por una traumática persecución policial. ¿Y como recuperar esa normalidad ante tu familia, amigos y compañeros de trabajo cuando todos los periódicos han publicado que perteneces a una "secta" que "trafica" con una sustancia ilegal y viendo, además, que eres un presunto narcotraficante, que estás en libertad provisional bajo una fianza de 2 millones de pesetas –menos de las que les ponen a los narcos de verdad- y que no puedes salir del país sin pedir permiso a un juez?

Y todo ello después de ver como la policía registraba tu casa delante de tus hijos, como tenías que pedirles a los agentes que ¡por favor! Te quitaran las esposas para que el crío mayor, de nueve años, no viese llegar a su padre a casa como un delincuente, como explicarle después que este padre que intentaba mantener la tranquilidad en su presencia no es culpable de nada y que es todo una confusión, como olvidar las fotos, la toma de huellas dactilares, las preguntas insidiosas de los interrogatorios, las miradas de reojo de los compañeros de trabajo preguntándose si ese tipo de aspecto "normal" es en realidad un "guru" que lidera esa extraña "secta" de la que hablan los medios de comunicación, como superar ese miedo a que lo que hablas por telefóno no lo esté escuchando otra persona a la que ni siquiera conoces, como saber que no te están siguiendo cuando sales de tu casa… Como recuperar la dignidad y el amor propio después de pasar tan sólo unas horas en una cárcel donde tu desesperación no tiene consuelo, una cárcel donde habías estado antes trabajando muchas veces, una cárcel en la que –aunque ainda no estés juzgado- ya eres culpable ante los carceleros, una cárcel donde la puerta se cierra tras de ti y no sabes cuando se va a voler a abrir. ¡Y fueron siete horas nada más hermanos!

Imaginaros entonces lo que debieron pasar Chico y Fernando durante 54 días, en otro país, en otra cultura, a miles de kilómetros de sus familias y sin saber hasta que punto la gente se estaba moviendo fuera. Poco a poco íbamos recuperando la normalidad en nuestro entorno pero siempre ese pensamiento estaba ahí. Cada vez que salíamos a la calle, que respirábamos el aire LI BRE de la incipiente primavera, cuando nos reuníamos casi clandestinamente para cantar, asaltaba ese pensamiento oscuro, inquietante, doloroso que dos compañeros tuyos estaban a esas horas en una celda o en un patio sin horizonte, rodeados de espinos espirituales y materiales, de rejas y de privaciones de todo tipo. ¿Qué estarán cenando? ¿les tratarán bien? ¿Pasarán frío? ¿Estarán en peligro?… De repente, todos nos convertimos en improvisados e impotentes padres de sus destinos. De verdad que hasta que no salieron libre, ninguno nos sentimos libres.

Entre medias aparecieron los padres de Fernando y consiguieron, con su empuje, ilusión y experiencia, levantar la moral de esta tropa atenazada por el miedo y la incomprensión. ¡GRACIAS PAPAI! ¡GRACIAS LUCIA! Antes la llegada de Akira, paseándose por la Audiencia Nacional vestido de samurai, había conseguido cambiar el tono del trato hacia nosotros. Nuestro abogado le exhibió por todo el juzgado como si fuera un trofeo de caza, repartiendo óleos vegetales a todo el que se cruzaba por su camino, imponiendo con su gran presencia la solvencia que nos habían arrebatado la injusta persecución policial. GRACIAS AKIRA. Estas dos visitas fueron claves en esta primera fase.

Luego, con nuestro primer éxito ya en la calle, ganamos dos compañeiros más para esta batalla. Comenzó entonces un proceso de reunificación, cantar todos juntos de nuevo, pequeños trabajos, y luego un gira de ellos dos por toda España que acabó en la gran reunión de San Juan donde el miedo quedó aparcado para siempre. El miedo de entonces y el de antes también, porque hasta que la policía se metió en nuestras vidas, eran muchos los daimistas que todavía vivían "metidos en el armario", sin que gran parte de su entorno supieran realmente la gran dimensión del camino espiritual que habían elegido libremente. Después, con la llegada de los famosos resultados de los análisis del Daime incautado que nunca acababan de estar hechos, fue cuando fuimos realmente conscientes, por primera vez, de que íbamos por el buen camino. Con susto incluido porque los primeros resultados hablaban de un contenido de DMT de ¡hasta el 80%! Afortunadamente, a los dos días llegó la oportuna rectificación.

El verano pasó sin más novedades. La espera fue desesperante porque durante dos meses –agosto y septiembre- apenas pasó nada. Nos vino bien para bajar el ritmo, recuperar fuerzas en las vacaciones y disfrutar un poco de esa parte de la vida que parecía que nunca íbamos a poder degustar como antes nunca más.

En San Miguel, por fin, nos volvimos a reunir todos juntos de nuevo en Madrid. 80 personas para apostar, todos a una, en la continuación de este maravilloso y difícil camino. Lo que en seis años no habíamos conseguido ver –la unión clara y difusa- parece que se consiguió en seis meses. No más peleas entre iglesias, en el interior de los grupos o hacia las directrices que venían de Brasil. El principal acuerdo de ese II Encuentro de las Iglesias Daimistas de España fue reconvertirnos en una sóla Iglesia, en una sola asociación, en un solo cuerpo con muchos miembros pero con una sóla cabeza, un solo corazón y un solo espíritu. Ahora estamos rematando la faena, como se dice aquí cuando un torero se dispone a apuntillar al toro, recomponiendo papeles con el objetivo de empezar el año con una estructura nacional más clara, operativa y diáfana ya que todos tenemos el mismo objetivo: conseguir el reconocimiento legal de nuestra iglesia en España.

La batalla acabó seis días después del regreso de Chico y Fernando a Brasil. Cuando fui a la Audiencia Nacional a cumplir con la obligación impuesta de tener que firmar todas las semanas para que vieran que no nos habíamos escapado, me encontré con la sorpresa. Uno de los funcionarios judiciales, que nos está ayudando muchísimo –desde la declaración de Akira, Chico y Fernando encontramos mucho más apoyo que dudas en este juzgado- se levantó me dio un abrazo y me plantó dos besos en la cara. "Enhorabuena, habeis ganado" me dijo. Luego, uno a uno, el resto de sus compañeros se levantó para darme los parabens también y una mujer de otro juzgado que pasaba por allí les llegó a preguntar: ¿Qué estais celebrando? " "Que por fin se ha hecho justicia en esta casa" le contestó uno de los secretarios judiciales. Fue muy emocionante. Entonces me acordè de otro secretario judicial que nos ha ayudado también en este proceso cuando, tras la declaración de Chico y Fernando y después de ver que la jueza no se decidía a ponerlos en la calle, comenzó a gritar en los pasillos, como un poseso, "esto es una injusticia tremenda. ¿Cómo se puede tener a esta gente entre rejas?" A buen seguro que la jueza lo oyó porque estaba al otro lado de la habitación. Y nos animó saber que todo su equipo ya sabía que no éramos unos delincuentes.

En fin compañeros, que la segunda fase acabó y ahora iniciamos la tercera, definitiva y más difícil si cabe: la legalización. Tardaremos meses o años, no importa, tampoco tenemos prisa. Lo importante es que este barco llegue a puerto seguro y que, mientras tanto, podamos fortalecernos interiormente y como grupo para poder encarar todo lo que viene de frente. Ahora es un momento para ir despacio, no dejar rienda suelta a la euforia –tampoco hay motivos para ello- y profundizar en la presentación de esta doctrina como algo útil para el resto de la humanidad, no definitivo, ni mejor ni peor que otros caminos espirituales, pero un bálsamo a fin de cuentas para acalmar las injusticias que anidan en los corazones y en las cabezas de la gente. En cualquier caso, nunca olvidaremos lo ocurrido. Tampoco queremos olvidarlo. Ni tampoco queremos repetirlo. Las sonrisas y lágrimas de todo este tiempo quedarán ahí para siempre, grabadas a fuego en la parte más íntima de cada uno, sostenidas por la confianza en que todo lo pasado nos ha hecho crecer como personas, la seguridad de que nada es por casualidad y que estaba escrito en algún cantinho del Astral que tenía que ser así y con la esperanza de que todo esto nos ayude a intentar construir un mundo mejor para nuestros hijos y nietos, los verdaderos beneficiarios de todo este trabajo.

La JUSTICIA existe. Sólo que, muchas veces, los hombres se equivocan. Quién lo padeció, lo sabe.

Un grande abrazo para toda la hermandad con los mejores deseos de más AMOR, más VERDAD y más ARMONIA para todos.

Ahora más que nunca: ¡¡¡VIVA LA LIBERTAD DEL DAIME!!!

JUAN CARLOS
Madrid


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