Sus compuestos psico -activos producen un estado de expansión de la consciencia. En un contexto espiritual apropiado, genera experiencias de éxtasis místico. Es en estos estados de consciencia que los santos, los avatares y los profetas recibieron las revelaciones de muchas de las grandes religiones de nuestros días.

La intensidad de la experiencia mística despierta en la consciencia la sensación inefable de formar parte de la Totalidad. Esta no es una abstracción y sí una verdad que se encuentra en las capas mas profundas de nuestro ser. Vista a través de ese tipo de experiencia, la Naturaleza no es un conjunto de paisajes, flora y fauna, sino una parte de Gaia, el ser biológico espiritual planetario.

La forma en la cual esa comprensión quedó mas preservada es en el chamanismo, que según una clásica definición, corresponde a aquellas técnicas arcaicas del éxtasis a través de las cuales el chaman descifra la Naturaleza, viaja por el Cosmos e interviene mágicamente en el cuerpo de los enfermos.

En la Amazonía Occidental Brasileña, el chamanismo religioso de los pajés siempre estuvo asociado al uso de plantas enteógenas. Una de las mas importantes es la ayahuasca, también denominada Santo Daime , bebida misteriosa en torno a la cual convergen muchas tradiciones de los indios y los caboclos de la región.