De esta manera, la revelación del Santo Daime en forma de visiones que dieron origen a las músicas y a las palabras de los himnos de los maestros, que aún hoy son cantados durante la sesión, constituyen para los participantes una nueva revelación o Tercer Testamento, una relectura del cristianismo a la luz de la Ayahuasca y a través de un pueblo que decidió seguir a un hombre humilde y analfabeto, de grandes barbas blancas y mucha sabiduría, llamado Sebastião Mota de Melo, que reunió a ese pueblo en la selva, en una comunidad intencional y solidaria, con la finalidad de vivir una vida más espiritualizada y en armonía con la Naturaleza.