Espanha - Urgente
A propósito da prisão de
Xamãs da Amazônia em Madri
(VEJA EM EL
PAÍS)Cartas
enviadas a "El País"
Sobre el Santo Daime
He
seguido con interés las noticias sobre la detención de los "miembros" de la
"secta" Santo Daime. Y su lectura me ha suscitado una serie de reflexiones que
quisiera hacer públicas.
Nuestras culturas occidentales postindustriales han sufrido un acelerado proceso de
secularización y laicización acorde con la racionalización tecnocrática de las mismas.
Hasta tal punto, que si nuestros abuelos y nuestros padres están profundamente marcados
por una educación católica, nosotros (soy nacido en 1970) estamos igualmente marcados
por una educación laica y racionalista, en una sociedad en la que la libertad de culto y
el acceso a diferentes doctrinas y cosmovisiones hace de la religión católica una
elección más. Sin embargo, el poder fáctico de la Iglesia Católica es aún enorme en
nuestro país. Es, por supuesto, la iglesia dominante, y aunque mermada y acorralada,
influye fuertemente en los criterios de lo aceptable y lo prohibido, de lo políticamente
correcto en nuestra sociedad.
Así,
si un individuo decide meterse a monje cisterciense o en un seminario, lo más seguro es
que no le intervengan el teléfono, que no se interesen por las sustancias que come o deja
de comer (recordemos que el cornezuelo de centeno es una receta alucinógena que se asocia
a experiencias místicas en el seno de la Iglesia Católica), o las prácticas que realiza
en su camino hacia Dios. En definitiva, que no entra en ninguna secta y si lo hace, a ese
individuo se le reconoce plena autonomía y libertad en su decisión. Ay, pero qué pasa
si el camino del espíritu corre por otros vericuetos. Entonces, somos producto de un
lavado de cerebro y conspiratoria abducción mediante maléficos brebajes alucinógenos
que anularán nuestra voluntad, no sólo durante el trance, sino para siempre jamás.
Por
favor, soy una persona que vive en el siglo XXI, en una generación marcada por la
curiosidad y por la libertad (tanta que degenera en no poco casos, en una crisis de
sentido). He probado la ayahuasca, el peyote, los psylocibes, y no he sacado de esas
experiencias más que conocimiento -he puesto en duda una serie de certezas y he creído
ciertas lo que antes eran dudas-. Un conocimiento que, aunque gratificante, no me ha hecho
ligarme a credo o grupo alguno definido.
Crecen en nuestro suelo cientos de plantas que, como el estramonio o la datura, producen
efectos alucinógenos. Otro tanto pasa con el consumo excesivo de una enorme variedad de
productos legales. El uso de un alucinógeno en un contexto ritual (aunque sea en una
cultura, en principio, ajena), más que asustarnos nos debiera tranquilizar, ya que es una
salvaguarda contra el exceso y la banalización de la experiencia.
Por todo lo dicho, pido desde aquí respeto, conocimiento, clemencia y no persecución de
las personas que deciden participar en ceremonias con ayahuasca o con cualquier otra
sustancia alucinógena. Será un signo más de madurez cultural.
Martín Gómez-Ullate García de León, Madrid
10/04/2000
Después
de larga investigación, el Gobierno brasileño, por su Consejo Federal de Estupefacientes
(CONFEN), ha decidido liberar el consumo del Santo Daime, siempre que esté relacionado
con el culto religioso procedido en iglesias o centros mantenidos con este propósito. En
la misma Capital, Brasilia, hay tres centros donde es posible consumir el Santo Daime en
tales condiciones.
El
"vaticano", o la Meca del Daime, se encuentra en la lejana Amazonia. Allí,
miles de fieles practican los principios cristianos de Raimundo Irineu Serra y se encargan
del "feitio" del Daime para abastecimiento de las comunidades hermanas por todo
el mundo. La detención de personas por posesión del Santo Daime es un error
relativamente frecuente en Europa.
Propongo al corresponsal de EL PAÍS en Brasil la elaboración de un informe más amplio
sobre el Santo Daime. Solamente la información puede deshacer este error obscurantista
que lleva la España moderna de hoy a los antaños de "El Rey Pasmado y la Reina
Desnuda"...
Luiz Valls, Brasília (Brasil)
08/04/2000 |